Guadalupe I Carrillo
Los avances tecnológicos nos permiten tener
acceso a algo que siempre había sido monopolio y capricho de las editoriales y
las instituciones académicas: las publicaciones de libros. En esta ocasión el
ebook nos permite tener la libertad de publicar de forma independiente y eso es
lo que ha logrado mi hermana Carmen Virginia. Publicó su cuento Sito en el ibook de mac.
Aunque se trata de un solo cuento, tiene la
virtud de la fascinación no solo por el relato como tal, sino también por las
ilustraciones que lo acompañan, que son hermosas y le imprimen un afortunado
añadido a la ternura de la que ya goza el texto. Los colores vibrantes de cada
imagen le otorgan aún más alegría a las palabras.
El
día de ayer, primero de julio el escritor Mario Szichman publicó en su blog
(marioszichman.blogspot.com) una reseña al cuento de Carmen titulada “Están
autorizados los adultos a escribir cuentos para niños?”. En ella describe
algunos detalles del cuento pero sobre todo define con la mirada incisiva del
extraordinario narrador que es, la valía del cuento.
Sito
es el amigo de la infancia de Carmen, que probablemente era un joven de unos 16
años cuando mi hermana tenía solo 4 años y comenzó la amistad. Pero esta se
tornó eterna gracias a las coincidencias en el carácter de ambos y a la
condición de minusvalía del amigo que contaba con un pequeño retraso. Nos dirá
Szichman: “El acierto de la narradora es confrontar dos seres vulnerables y
cotejar sus desamparos sin la intervención o las admoniciones de un adulto”. Efectivamente,
es un cuento infantil en el que la autora se desprende de su adultez para
participar desde la mirada de la niña que se siente maravillada con la
presencia de su amigo grande y a la vez niño.
A la
historia de los amigos se añade la de la añoranza. Todo esto ocurre en la
ciudad de origen de mi madre: Vigo, España, hace ya varias décadas, cuando todo
era pequeño y armonioso en esa ciudad puerto: sus calles, muchas de ellas
empedradas, como lo recuerda Carmen Virginia en el cuento. Los vecinos que siempre nos
trataban como si fuéramos de la familia, los tíos que lloraban al vernos en el
aeropuerto, al abrazarse a mi madre…recuerdo que siempre me desconcertaba el
por qué del llanto si estábamos llegando y todo debía ser felicidad. Olvidaba
que estaba en Galicia y la sangre celta es por definición sentimental, afectuosa;
expresan el amor con libertad, te besan y abrazan con soltura, en tono de
celebración.
Como bien lo recuerda Carmen Virginia, las visitas a
Vigo eran prolongadas porque el motivo central estaba en ir a convivir con la
abuela Manola. La madre de mi madre a quien ella veneró y a quien extrañó hasta
el último día de su vida.
Szichman además incluye una entrevista a la
autora en la que indaga en las razones de la escritura, en el por qué elegir
una historia para niños y desde la niña que era en aquel entonces CarmenVirginia. El
escritor cierra su comentario, advirtiendo: “No voy a revelar el nostálgico
final. Lo he leído tres veces y siempre me ha emocionado. Por lo tanto lo
pasaré por alto. Solo puedo decir que clausura el relato de manera armoniosa. Y
lo más importante, sin dar golpes bajos al lector”. Efectivamente, Sito es nostalgia y es también nobleza,
ingenuidad, y sobre todo, es la felicidad infantil que se define por el simple
deseo de jugar y vivir. Gracias, Carmen Virginia, por brindarnos ese pedazo de raíz que
es para nosotros Vigo, la abuela, la madre.
Tengo que leer este cuento! Que interesante lo que comentáis y las ilustraciones son hermosas
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