viernes, 23 de mayo de 2008

¿clases de literatura?

Amo la literatura. Es algo real, que siento desde que era niña y que ha tenido sus claros y sus oscuros; durante algunos años la abandoné; o ella a mí, no sé bien quien dio el primer paso. La verdad actual es que he vuelto a ella con la felicidad de encontrar el amor perdido que se cree irrecuperable. El compromiso asumido de concluir mi doctorado -para mí el mayor reto profesional que he enfrentado- llenó de aire fresco mi entusiasmo por leer y leer interminablemente; y ahora, incluso diría, gracias a este blog, de escribir algo que vaya más allá de la investigación, de los oficios, de los artículos por publicar...
Por azares o entuertos del destino, o de quienes lo construimos, me vi en la necesidad de visitar la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública de mi Universidad pues allí se cursa la Licenciatura en Comunicación. Soy de letras pero la facultad de Humidades tiene tales aboyaduras para la inclusión de maestros, tal sobresaturación de intereses que me vi forzada a mirar otros horizontes. Afortunadamente encontré respuestas positivas que hasta ahora sigo conservando. Las asignaturas que dictaba estuvieron siempre asociadas a la literatura; tomando en consideración mi inclinación a la misma, el curso se diseñaba con la mirada puesta en novelas, poemas o ensayos que deseaba leyesen mis alumnos para que se dieran cuenta del craso error que cometían al decirme que la literatura senciallamente les aburría.
Hoy después de algunos años me veo en la grata coyuntura de haber sido nombrada asesora de tesis de una ex-alumna que conocí en las clases de la licenciatura en comunicación y que, inclinada por la literatura, ha sido aprobada para realizar estudios de Maestría en Literatura. Cuando pasan estas cosas, cuando lo que hiciste tiene a la larga o a la corta, repercusiones muy positivas, comprendes que este mundo lleno de entuertos y rutas zigzagueantes igualmente nos depara paraísos pequeños decorados por lo mejor de nosotros mismos. Felicidades, Nelly, yo también siento que es maravilloso.

poemas, más poemas


Les transcribo un poema de un poeta cubano, de cuyo nombre sí quiero acordarme pero no recuerdo en este momento. Sin embargo no quiero privarles de la lectura de sus versos. Es sencillo y muy hermoso. Ahí les va:


"Ya que emprendimos el viaje,

¿a dónde iremos, camino?

¿a donde quiera el destino?

¿donde nos lleve el oleaje?

Para el viaje yo no traje

mucho más de lo que ves:

mis lentos, cansados pies,

estas manos con que escribo,

el corazón con que vivo

camino, y lo que me des."

miércoles, 21 de mayo de 2008

Calidad de vida

Depararnos un presente armónico y un probable futuro en el mismo tenor es, evidentemente, una tarea que lleva la vida entera pero que, muchas veces, no asumimos como prioridad.

Hace un año y medio alcancé, después de largos años de esfuerzo, mi grado de doctora en Letras. Bueno, bueno, ser doctor es una palabra tan alta, que abarca tanto conocimiento, que el nivel ya logrado es meramente alegórico. Sin embargo, se trata más bien de esa llave que abre espacios de la Academia antes inalcanzables. Mi trabajo consiste en estudiar, investigar, leer, y ser, fundamentalmente, trasmisor de conocimiento. Todo lo que enumeré me encanta realizarlo; qué mayor logro que disfrutar trabajando. Pero, he ahí siempre el bendito pero, desgraciadamente la amiba llamada burocracia-servilismo-nuevos cargos se encarga de borronearnos la sonrisa, el disfrute para traernos a ese mal llamado mundo cruel en el que nos ubica para decirnos que ese tesoro al que nombramos como "calidad de vida" debe ser espantado.

Aún así, y como la vida no es sólo trabajar, hemos tenido la maravillosa suerte de poder construir una casa en un lugar de ensueño. Está en medio del bosque; rodeada de pinos centenarios, vacas, caballos, borregos...todo un espectáculo. Desde entonces el refugio-paraíso se llama Cañada de Alférez: allí encontramos el Santo Grial: nuestra calidad de vida encontró coordenadas, cartografías que nos diseñan una vida serena, donde la naturaleza recobra presencia y nos recuerda que siempre podremos alcanzar mejores gestos en nosotros.

Experimentos del lenguaje

El ejercicio del lenguaje como experiencia estética es una de las grandes riquezas que la literatura ofrece. Palimsestos, anagramas...y relatos con el tiempo que retrocede son actividades que el ludismo literario otorga a quienes, genialmente, logran desarrollarlo. Les anoto este cuento que leí en un blog de literatura y que éste a su vez extrajo de una antología de Tusques Editores. Disfrútenlo:

Un feliz regreso

A las cuatro en punto sus manos fueron liberando el cuello de la mujer. Luego le abrochó la blusa roja aún manchada de barro, mientras ella abría sus mortecinos ojos. Después la cogió de los brazos y la arrastró por un lodazal, insensible a sus agonizantes súplicas, hasta alcanzar el taxi. Tras un blando forcejeo, a las cuatro menos cuarto la introducía en el maletero y arrancaba el coche. A las tres y media se detenía a la entrada de un camino. Antes de cambiarla al asiento trasero, el taxista la golpeó con saña en la cabeza. A las tres y cuarto llegaban ala ciudad. Poco a poco la mujer recuperaba la calma y la pulcritud de su aspecto físico. A las tres el taxi se paraba ante la verja de una casa y la mujer descendía del coche con una sonrisa nerviosa pero no exenta de cortesía. A las tres menos cuarto se ponía una blusa roja y a las dos y media telefoneaba a su marido. Ahora mismo iba a verlo a la fábrica, acababa de recibir una inquietante llamada y tenía miedo. A las dos y cuarto una voz anónima le comunicaba que con toda seguridad a las cuatro en punto estaría muerta.

Francisco Corrales Fernández. De Galerías de Hiperbreves. (Tusques Editores)