Hace unos días encontré un poema de Arquíloco de Paros; ese griego que en el 680 antes de Cristo escribió estas hermosas líneas que tienen tanto de valor, humildad y valentía (nunca están reñidas estas tres virtudes). Lo transcribo recordando la memoria de uno de esos pocos Maestros que nombramos con mayúsculas porque nos enseñaron a ver la vida con pasión y con mucho de humanidad. A Basilio Tejedor estas palabras que él me mostró una vez y que no he dejado nunca de recordar:
"Corazón, corazón, si te turban pesares invencibles ¡arriba!, resístele al contrario ofreciéndole el pecho de frente.
Y al ardid del enemigo oponte con firmeza.
Y si sales vencedor, disimula, corazón, no te ufanes, ni de salir vencido e envilezcas llorando en casa, recuerda que en la vida impera la alternancia".
Guada,
ResponderEliminarMe ha encantado el poema y me he quedado con ganas de leer mucho más. No te tardes en escribir...
Gracias por compartir lo que lees, vives y sabes.
Besos,
Mónica
"y algún día, nos volveremos a sentar, a relatar la vida" Quizá ni las conserves en la memoria, pero yo, ¡cuánto he recordado esas simples palabras!... y el momento para cumplirlo ¡de tanto soñarlo me parece haberlo vivido!
ResponderEliminarAhora que entro en el blog y vuelvo a leer tus letras... Oigo tu voz en cada una y me vuelve la añoranza. El Ítaca lo hago mío y lo comparto, buscando inmensidades y anhelando que alguna vez, llenemos el camino de antiguas ilusiones... ¡siempre nuevas!
Veo que tambien Basilio Tejedor te toco con su presencia amable y sabia. Que dolor el de su muerte. Que manera de quedarse grabado en nuestra memoria. Gracias por poner aca un poquito de su ser y de su saber. Saludos
ResponderEliminar